Los expertos de Van Cleef & Arpels eligen las esmeraldas por su belleza, así como por las emociones que despiertan. En primer lugar, evalúan el color de las gemas para distinguir las piedras que exhiben un tono verde profundo y consistente. Asimismo, observan la pureza y evalúan la sutileza y la armonía de las inclusiones características de las esmeraldas, conocidas como jardines. El tercer criterio de selección es la esencia, que indica la calidad de la cristalización y determina el brillo de la esmeralda. Esta profunda observación permite revelar piedras excepcionales dotadas de una faceta espiritual. Mediante una técnica tradicional lapidaria, las esmeraldas se lubrican con un aceite natural e incoloro para preservar su característico color original.