Leyendas

El gusto de los hermanos Arpels por los viajes

 

Impulsados por una profunda pasión por las piedras preciosas y por su curiosidad por las diversas culturas del mundo, los hermanos Arpels se hicieron conocidos por sus extensos viajes entre los años 1950 y 1970, repletos de tesoros y de fabulosos encuentros. Claude, el mayor de los tres, recorrió el planeta desde Egipto al Líbano, desde China a Tailandia y desde Camboya a Japón, y visitó a menudo la India, todo ello en compañía de sus hermanos. Allí descubrieron innumerables piedras preciosas, perlas y piezas de joyería de las colecciones personales de los marajás. Esta intensa aproximación a los colores y las piedras preciosas típicas de la India supuso una gran influencia en el estilo y el espíritu creativo de Van Cleef & Arpels.

 

Hay otro periodo que marcaría profundamente la visión artística de la Maison. En 1966, Van Cleef & Arpels fue elegida para para crear las joyas que llevaría la emperatriz Farah Pahlavi de Irán durante su coronación, el año siguiente. Pierre Arpels realizó 24 viajes a Teherán, donde seleccionó cuidadosamente las piedras y abrió un taller temporal en la Cámara del Tesoro. Este encargo, que incluía la corona de la emperatriz, engastada con 1646 piedras preciosas (diamantes, esmeraldas, rubíes, espinelas y perlas), así como conjuntos de joyas para la hija y las hermanas del sah de Irán, llevó a la Maison a descubrir los motivos decorativos persas, ampliando y diversificando así sus fuentes de inspiración.

    Pierre Arpels trabajando en la creación de la corona de la emperatriz de Irán, 1967. Archivos Van Cleef & Arpels.

    Pierre Arpels trabajando en la creación de la corona de la emperatriz de Irán, 1967