Desde 1941, las gráciles Bailarinas simbolizan el refinamiento de Van Cleef & Arpels. Inicio de la tradición de las figuras femeninas tan apreciada por la Maison, nacieron de la fascinación de Louis Arpels por el arte de la danza. Desde entonces, no han dejado de girar.
Esta es una historia de pasión. Desde que Louis Arpels se acostumbró a ir al Palais Garnier, a tan solo unos pasos de baile de la Plaza Vendôme, Van Cleef & Arpels se inició en el arte de la danza. Una pasión que cobró vida con los primeros clips de bailarinas en 1941. Desde entonces, los ballets más célebres a nivel internacional han inspirado creaciones impregnadas de gracia.
La joyería y la danza comparten su dedicación por la precisión y la delicadeza. A través de una minuciosa observación de las bailarinas clásicas, Van Cleef & Arpels creó una poesía de movimiento: influidas por la gracia, las bailarinas parecen danzar en punta en un giro eterno. Un arabesco perfecto, un jeté aéreo y un exquisito trenzado se convierten en preciosas piezas en las manos de los artesanos.
Oro plisado, gemas preciosas, piedras ornamentales... Mains d'Or™ crean tutús que imitan a la perfección las formas y texturas de los trajes escénicos. Reflejo del savoir-faire de la Maison, las bailarinas se visten con mil destellos de colores. Sus rostros de diamantes talla rosa son la firma de estas elegantes figuras femeninas.
Adornadas con colores y trajes de todo el mundo, las bailarinas de Van Cleef & Arpels rinden homenaje a las exóticas facetas del arte de la danza. Desde el Imperio Celestial al fascinante Oriente, reflejan la curiosidad de la Maison por otras culturas.
La suerte está a la vista
