El tiempo avanza al ritmo de las estrellas y los planetas.
Adornado con zafiros amarillos, el sol ilumina las horas del día, mientras la luna, con pavé de diamantes, contempla un cielo cubierto de estrellas.
Gracias al efecto de profundidad del cristal de aventurina de Murano, estas piezas retratan la inmensidad del cosmos y la magia de un cielo estrellado. El cristal de aventurina, una auténtica proeza del diseño técnico, presenta delicados calados para sostener las estrellas de oro blanco engastadas con diamantes.
El universo en su muñeca
Van Cleef & Arpels le invita a adentrarse en los misterios del sistema solar con estas representaciones en miniatura del universo.
Midnight Planétarium y Lady Arpels Planétarium son una invitación para un exclusivo viaje a un espectáculo cósmico. Cada planeta se mueve sobre su propio disco de rotación. Siga la trayectoria de la estrella fugaz para leer la hora.
Los planetas se desplazan alrededor del Sol, mientras la Luna gira alrededor de la Tierra. Un espectáculo celestial.
Una soñadora contemplación de la bóveda celestial
Noche tras noche, capture la magia del cielo nocturno de París.
Lady Arpels Heures Filantes es una oda a las largas noches de verano bajo el firmamento, contando estrellas fugaces. Pida un deseo.
Las constelaciones reflejan el cielo nocturno de París. Una invitación para alcanzar las estrellas.
Doce signos del Zodíaco, múltiples interpretaciones poéticas
Deslumbrada por el espectáculo de los cielos y las estrellas, la Maison Van Cleef & Arpels presenta una colección inspirada en las constelaciones del zodíaco.
Gracias al movimiento mecánico, los relojes Midnight Zodiaque Lumineux y Lady Arpels Zodiaque Lumineux capturan el delicado resplandor del firmamento. Ilumine sus sueños.
El tema de la astrología, iniciado en la década de 1950 con las medallas de la suerte de la Maison, continúa brillando hoy en día. Una preciosa inspiración.
Para hacer realidad sus sueños de belleza, Van Cleef & Arpels combina el legado de la Alta Joyería francesa con la experiencia y el savoir-faire de los relojeros suizos, que trabajan en los talleres de Meyrin, cerca de Ginebra.
La suerte está a la vista
