Según la tradición iraní, era esencial que las piezas estuvieran adornadas con gemas del Tesoro Nacional, guardado en la bóveda real del Banco Central de Irán. Durante seis meses, Pierre Arpels realizó 24 viajes a Teherán, donde seleccionó cuidadosamente las piedras y abrió un taller temporal en la Cámara del Tesoro junto a un supervisor y un diseñador de Van Cleef & Arpels.

La corona que llevó la emperatriz Farah en su coronación presenta 36 esmeraldas, 36 espinelas y rubíes, 105 perlas y 1469 diamantes. El conjunto completo también incluye un par de pendientes, dos colgantes de esmeraldas y un collar. Este último está adornado con una esmeralda hexagonal grabada a modo de colgante, cuatro esmeraldas talla esmeralda, cuatro perlas en forma de pera, 11 diamantes amarillos talla cojín y diamantes tallados a la manera de la época. Para el evento también se crearon otras joyas, destacando los conjuntos para la hija y las hermanas del sah de Irán.